
El Presidente Enrique Peña Nieto ha resaltado en uno de sus spots del V Informe de Gobierno que “por primera vez en 20 años hoy estamos exportando más alimentos de los que estamos importando”. Aunque se consiguió en 2016 un superávit comercial de más de tres mil 175 millones de dólares en el rubro, líderes campesinos respondieron que lo que el país vende son productos producidos por inversionistas privados nacionales y extranjeros, pero se tiene una dependencia de alimentos básicos.
“¿Qué alimentos exporta el país? Cerveza, tequila, jitomate, aguacate, fresas, pimientos, legumbres, hortalizas; productos todos producidos por inversionistas privados nacionales y extranjeros. Y ¿qué se importa? Maíz, trigo, arroz, huevo, café, leche, frijol, pescado, leche en polvo, carne de bovinos, aves y otros. Es decir, importa alimentos”, declaró Federico Ovalle Vaquera, Secretario General de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos.
Enfatizó que la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) desde 2011 a la fecha tiene etiquetado a México como un país importador neto de alimentos. La FAO ha reportado que México –a pesar de ser una potencia agroalimentaria– es uno de los 18 países de América Latina y el Caribe que son importadores netos, lo que significa que importan más alimentos de los que exportan.
José Jacobo Femat, Presidente Nacional de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (COCP), afirmó que la sustitución de la producción nacional por la importación de maíz, frijol, trigo, arroz, oleaginosas, carnes y otros alimentos no solo ha provocado la disminución del número de hectáreas en producción de 28 a 22 millones, también generó desempleo en el sector y la migración de seis millones de jóvenes campesinos a las ciudades o a los Estados Unidos.
Los que siguen en la actividad, agregó, obtienen bajos ingresos económicos por la disminución de precios de cosecha, marginación social, atraso académico, tecnológico y violencia.